Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

Los motivos del lobo

 

Es una trampa.

La arremetida del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, contra Aznar el pasado 10 de noviembre durante la Cumbre Iberoamericana no fue gratuita, no se trató simplemente de un resbalón del mandatario venezolano.

Chávez busca el apoyo de su pueblo el próximo 2 de diciembre. Ese día, los venezolanos votarán en un  referéndum si aprueban o no la reforma constitucional promovida por su actual presidente que contempla la reelección indefinida y las bases para una transición al socialismo.

Buscaba ser agredido de alguna manera para solicitar el apoyo de su pueblo y lo logró de tal manera que ahora dice que toda América Latina fue agredida. Asegura que nadie puede pretender que América Latina siga callando… ”A mí me extraña que hay gente que se molesta, 500 años después, cuando uno dice estas verdades”,  dice.

Fidel Castro fue más lejos, sabe lo que está en juego el 2 de diciembre y en consecuencia hizo un llamado a los venezolanos para que aprueben la reforma constitucional propuesta por Chávez: “El pueblo venezolano, que debe responder sí o no el próximo 2 de diciembre, se estremeció al vivir de nuevo los días gloriosos de Bolivar. Las traiciones y los golpes bajos que recibe diariamente nuestro entrañable hermano no harán cambiar ese sentimiento de su pueblo bolivariano.” Y más adelante afirmó que “dadas las circunstancias actuales y la victoria ideológica de gran trascendencia obtenida por él, un asesino a sueldo del imperio… o un perturbado mental podrían poner fin a su vida.”

Claro que también hubo voces que se alzaron contra Chávez. Retomemos la reseña del periódico Reforma:

Vicente Fox: “es este afán de Chávez… de ser muy agresivo. Lo ha sido conmigo; de hecho tuvimos que retirar al embajador.”

Carlos Fuentes: “Ya era tiempo de que alguien perdiera la paciencia con Chávez. Y qué bueno que fue el rey. Alguien tenía que decirle: ¡Basta, párate!”

Miguel Bosé: “Hombre, pues si quieren verme (en Venezuela), que no le voten (a Chávez)… Sabemos que sus fórmulas no son muy democráticas.”

¿Logró o no Chávez su objetivo?

Probablemente sí.

Tras las interrupciones constantes de Chávez a Zapatero durante el discurso del último en la Cumbre mencionada, Juan Carlos se dirigió a Chávez y le espetó: “¿Por qué no te callas?

No fue el clásico “Cállate Chachalaca” que tal vez le costó la presidencia a López Obrador.

No hubo insulto, simplemente la pregunta ¿por qué no te callas?

Tal vez hubiera estado mejor: ¿Por qué no dejas hablar a Zapatero?

Pero, en fin, sin insulto y con una pregunta necesaria “¿por qué no te callas?”, seguramente muchos venezolanos que no iban a votar a favor de la reelección indefinida de Chávez ahora lo harán pensando que es la hora de estar unidos con su presidente ante la agresión extranjera.

Caerán en la trampa.

El pueblo venezolano está dividido; lo ha estado desde hace tiempo en torno a Hugo Chávez. Una parte lo apoya y la otra lo detesta.

Pero ahora las manifestaciones en su contra han crecido y han subido de tono.

Los que apoyan al presidente, por su parte, enviados probables del mismo, han respondido a balazos.

Venezuela es en estos días un gran laboratorio.

El 2 de diciembre deciden si se van en el futuro por el camino del voto para elegir a su presidente o si dejan que Chávez siga en el poder durante el tiempo que le reste de vida.

Recordemos que Fidel Castro en Cuba lleva casi 50 años al mando.

No se trata de polemizar ahora respecto a si el socialismo es la opción o no. Fracasó en la Unión Soviética y cayó el bloque socialista.

¿Cuál es la opción?

Habrá que hacer el análisis.

Pero nadie tiene derecho a permanecer toda su vida al frente de los destinos de una nación.

Nadie, ni siquiera Fidel Castro.

Menos Hugo Chávez.

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